sábado, 13 de junio de 2009

Título, principio y fin (poesía encaprichada)

Las letras no quieren dejarse ver
pero esta vez tengo el poder sobre vos,
querida lapicera,
hoy te manejo a antojo.

Y así de a poco van apareciendo tus letras
cual ladrillos en la pared
una a una, se van plasmando en papel
y te exprimo, y no te voy a dejar en paz (por un rato).

Así las cosas, mi querida lapicera,
¡Hasta dónde tuve que viajar para encontrarte!
he tenido que recorrer infierno y cielos
sólo para escuchar tu olor.

Y vos... ¡Vos! ¡Así me lo pagás!
Por las buenas o por las malas
tu tinta acabará manchando una hoja.
A la larga o a la corta.

Veo unos renglones hacia arriba...

Y veo que aparecieron más letras de las que esperaba sacarte
o no son letras y son frases...
o hasta quizás quieran formar un verso...

¿Y si todavía se les ocurre hacer una poesía?
No, imposible, si hoy yo la dirijo
y no quiero escribir una poesía,
estructurada y fría, con título, principio y fin.

No, eso no es para mí
yo no tengo título, ni empiezo ni termino
te tengo esclavizada, estoica lapicera,
no zafarás de estos grilletes.

Pero... pero... ¿Qué es esto?

¡Veo líneas escritas de a cuatro renglones!
¡Veo palabras unidas formando oraciones!
¡Veo versos formando estrofas que forman una....
...
una...
¿Poesía?
Poesía!



¡NOOO!... No otra vez maldita lapicera
¿Cómo siempre te las ingenias para convertir
mis letras en oraciones?
¿Y mis pocas ideas en poesías?

Mis segundo, mis minutos,
mis canciones, mis latidos...
¡Todo lo conviertes en poesía!
Vil lapicera, hechicera... o aún peor... ¡Poeta!

¡Ja! ¡Te lo dije! ¡Sí!, costó pero me animé...
Sí, sos una simple poeta, una triste y melancólica poeta
una solitaria y ensoñadora poeta.
Pero una poeta torpe, porque hasta el mas sordo te ve.

(Primer intervalo:

Momento de cavilaciones.
Silencio.
Paso a la próxima página.
Momento de cavilaciones.

Fin del primer intervalo)

¿No...? hmmm... ¿No seré...?
¿No seré yo el poeta?
¿No seré yo que quiero que escribas poesías,
querida lapicera? ¿Eh?

Imposible... pero... ahora mis páginas están llenas
y si las leo siento que algo mío tienen
hasta me atrevo a confesarte, querida lapicera,
que me reconozco en ellas.

Me veo en cada una de las curvas de tus letras
y en cada uno de los puntos y tildes,
hasta en el blanco de la hoja,
¿Qué es esto? ¿Acaso tengo aspecto de poeta?

(Segundo intervalo:

Momento de cavilaciones.
Goodbye blue sky.

Fin del segundo intervalo)

Quizás es cierto... quizás esto es una poesía
y hasta quizás la escribí yo mismo.
Pero... ¿Cómo es posible si nunca quise escribirla?
¿Tienes acaso poderes sobrenaturales, querida lapicera?
No sé vos...pero yo los tengo...¡ja! así que...
poesía o no...
verso o no...
letra o no...
te doy final,
y riéndome de vos
(y de tu ingenua voluntad)
pongo un punto final,
justo acá.

J.I.T. – 1/8/06

De fondo una música complicada, debe ser Pink Floyd.

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