martes, 15 de abril de 2008

El extranjero - Enrique Bunbury

Una barca en el puerto me espera
no se donde me ha de llevar
no ando buscando grandeza
solo esta tristeza deseo curar

Me marcho y no pienso en la vuelta
tampoco me apena lo que dejo atrás
sólo se que lo que me queda
en un sólo bolsillo lo puedo llevar

Me siento en casa en América
en Antigua quisiera morir
parecido me ocurre con África

Pero allá dónde voy me llaman el extranjero
donde quiera que estoy el extranjero me siento

También un extraño en mi tierra
aunque la quiera de verdad
pero mi corazón me aconseja:
los nacionalismos que miedo me dan

Ni patria ni bandera
ni raza ni condición
ni límites ni fronteras
Extranjero soy

Porque allá donde voy me llaman el extranjero
donde quiera que estoy el extranjero me siento
Porque allá donde voy me llaman el extranjero
donde quiera que estoy el extranjero me siento

martes, 8 de abril de 2008

Declaración de principios

Bien, ¿Que corno es esto? Claramente, es un blog. No con intenciones presentes sino futuras. Con las ganas de ser llenado, con el anhelo de pertenecer a la posteridad -cibernética, claro-. Es esto y no mucho mas que esto, un blog, un diario, un pseudo-relato, un cuasi-ensayo...algo. Lo bueno de esto es que sabemos su fecha de inicio -hoy-, pero no sabemos cuando concluirá. Y eso es lo que nos mantiene inquietos a nosotros, justamente, los que tenemos hormiguitas en el culo que no nos dejan sentarnos en ninguna silla. Y por eso nos movemos.

Extranjero? Sí, extranjero. Extranjero acá, pero también extranjero allá. Extranjero donde sea. Por qué?

En cierto sentido por decisión propia. Pero a su vez por designios azarosos, por vueltas de la vida, por constelaciones cruzadas y estrellas inapagadas. Creo que por un poco de todo, por un poco de rebeldía, de saña anacionalista, de quejas y peleas, de discusiones ideológicas, de falsas ideas filosóficas, de complicaciones psicológicas y de estudios sociológicos. Y porque no de operaciones matemáticas. La única realidad es que soy extranjero porque no tengo -ni quiero tener- ninguna patria, "ciudadano del mundo entero", eso soy. Sé que hay muchos como yo. Sé que hay un aragonés errante al cual le robé el término - o mejor dicho, se lo tomé prestado-.

Ser extranjero es:
- no pertenecer a ninguna bandera
- no alistarse bajo ningún ejército
- temerle siempre al tan renombrado "nacionalismo"
- recorrer siempre caminos que tengan corazón
- no ir ni volver de ningún lado, siempre estar

Ser extranjero es considerarse ajeno a todo; es intentar, no siempre con éxito, seguir las voces interiores y que ellas guíen nuestros actos. Y, por sobre todas las cosas, intentar ser feliz, acá o allá, en el espacio físico que nuestro cuerpo ocupe, en esa minúscula porción de materia que nos toca pisar, en esa sola molécula de oxígeno que podemos respirar.

Y así, morir queriendo ser libre...

Saludos desde siempre y hasta siempre!

Juani